Manta a ganchillo

Al fin, después de 5 años, he conseguido acabar una manta. Cuando me dio por aprender a tejer ganchillo, no se me ocurrió mejor idea que hacer una manta. La gente normalmente empieza por algo sencillo como una bufanda o algo similar hasta que domina la técnica pero yo, así de chula me propuse  un reto a lo grande.

Mi madre de joven se hizo una igual pero cuando decidió acabarla, le sobraban varios cuadrados. Revolviendo en armarios para buscar la lana, los encontramos y fue entonces cuando empecé a hacer más para aprovecharlos.

No es muy complicado. Cada cuadrado está compuesto por una pequeña flor hecha a "punto de garbanzo" (así lo hemos llamado en casa por su apariencia pero no sé cómo se llama en realidad) y luego, 4 vueltas de un color. Después, dos vueltas en negro para coserlo sin que se noten los defectos (que la mía tiene a montones).

He tardado tanto en acabarla porque al principio empecé con tantas ganas que llegó un momento que me saturé y la dejé aparcada cuando sólo me faltaban 11 cuadrados. Me daba pereza retomar la labor y con la excusa de publicarla aquí, en una semana y media la he finalizado. Vaya gozada. Espero que no se me empiece a descoser en unos días porque me da un mal...

Después de tantas horas de trabajo creo que al final ha merecido la pena.